Impulso genético para el control de enfermedades transmitidas por vectores
Una posible aplicación del impulso genético es reducir la carga de enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria o el dengue. Las enfermedades transmitidas por vectores representan más del 17% de todas las enfermedades infecciosas y causan más de 700.000 muertes al año. El coste humano y económico de estas enfermedades es tremendo: se calcula que sólo la malaria cuesta a los países africanos 12.000 millones de dólares al año. Aunque las herramientas existentes para controlar las enfermedades transmitidas por vectores han ayudado a salvar millones de vidas, no han conseguido eliminarlas. Se necesitan nuevos enfoques para abordar problemas como los de la creciente resistencia a los insecticidas y a los medicamentos.
En el caso de una enfermedad como la malaria, podría introducirse un sistema de impulso genético en una especie de mosquito para reducir su capacidad de transmitir la enfermedad o la población de mosquitos transmisores de la malaria. Aunque faltan varios años para que cualquier aplicación del impulso genético esté lista para su uso, algún día podría complementar los enfoques existentes para el control de la malaria. Dado que se heredaría a lo largo de sucesivas generaciones de mosquitos, un sistema de impulso genético podría ser una estrategia de control de la malaria rentable y sostenible que requiriese inversiones repetidas limitadas, sobre todo en comunidades donde las herramientas existentes pueden resultar costosas y difíciles de aplicar. También se están investigando aplicaciones de los impulsores genéticos para otras enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue.
¿Por qué cree que los impulsores genéticos podrían ayudar a combatir la malaria y el dengue?
Impulso genético para la erradicación de roedores invasores de las islas
Otra posible aplicación del impulso genético es ayudar a proteger la biodiversidad reduciendo las poblaciones de especies invasoras, sobre todo en las islas. Las especies invasoras son la segunda causa de pérdida de especies vegetales y animales en el mundo. El coste económico mundial de las especies exóticas invasoras superó los 423.000 millones de dólares anuales en 2019, y los costes se han cuadruplicado al menos cada década desde 1970. Las EEI en las islas han sido un foco de la investigación sobre el impulso genético porque las islas se ven particularmente afectadas, ya que representan la mayor concentración tanto de biodiversidad como de extinción de especies. Las comunidades, plantas y animales de las islas se ven muy afectados por los roedores invasores, que han invadido casi el 90% de las islas del mundo y son una de las principales causas de extinción en estos ecosistemas.
En la actualidad, los rodenticidas son la mejor herramienta de que disponen los conservacionistas para eliminar los roedores en las islas. Aunque muy eficaces, estas operaciones son complicadas y costosas de aplicar y están limitadas por las dificultades de acceso a zonas remotas y los impactos negativos sobre especies no objetivo. Los métodos de modificaciòn genética ofrecen una alternativa a los rodenticidas que puede ser sostenible, rentable, específica para cada especie y más humana. La investigación en curso se centra en un método de modificación genética que podría reducir el número de ratones invasores al introducir en la población local un rasgo que hace infértiles a las hembras.
¿Por qué cree que un método del impulso genético podría ayudar a controlar especies exóticas invasoras como las ratas?